Para clasificar los metaversos se usan dos ejes. El primero representa la tecnología de la que se hace uso y se extiende desde la simulación hasta la ampliación.
El mayor ejemplo de estos, y el más conocido, es el mundo de los videojuegos, donde hay marcas desarrollando acciones publicitarias. Por lo tanto, la respuesta de si se puede acceder ya al metaverso es que no hay uno solo al que podamos entrar, sobre todo porque no existe. Podemos incursionar en aquellos que están funcionando, como el de Fortnite.
El segundo eje refleja el enfoque del metaverso y abarca desde el enfoque en la identidad del usuario (intimo) hasta el enfoque en el mundo (externo).
Los metaversos ofrecen grandes oportunidades a las marcas. Por ejemplo, Mahou podría tener una parcela con la fábrica y otra con el bar. Una empresa podría mostrar el modo en el que se fabrica su producto desde la realidad virtual de cara a adquirir inversores o partners que estén en la otra punta del mundo. Incluso es rentable para el consumidor, que podrá ver cómo le queda el artículo según su avatar, para decidir si lo adquiere o no.
A su vez, Florentino Pérez también planteó que se pusieran cámaras en el asiento de los abonados del Real Madrid en el estadio, para poder ver desde casa el partido desde esa perspectiva y con una visión 360º, sobre todo cuando no se puede acudir de forma física.
Además, sirven para obtener métricas sobre los potenciales clientes, se pueden analizar las zonas calientes, cuál es el ‘awareness’ o incluso enlazar con códigos descuento, con cupones, QR…
Nike se adentró en el metaverso creando su propia experiencia interactiva, que utilizaba la realidad virtual y aumentada. Del 4 al 11 de febrero de 2021, los clientes pudieron visitar la Casa de la Innovación de Nike en Nueva York.